martes, 28 de febrero de 2012

RICOS Y TRAMPOSOS

Las personas de clase alta tienen mayor tendencia a mostrar comportamientos poco éticos, engañar, hacer trampas, timar, comerse un caramelo destinado a otros, o mentir para enriquecerse aún más, según un estudio de la Universidad de California, Berkeley, que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Por ejemplo, en cuanto al comportamiento al volante, los investigadores demostraron que los conductores de clase alta son cuatro veces más propensos a cometer una infracción en un cruce de caminos y a no detenerse en los pasos de peatones. Otro experimento realizado con un juego de dados y una recompensa reveló que los individuos con un estatus social más elevado tenía más tendencia a mentir sobre su puntuación. Además, cuando se les ofreció un paquete de caramelos, indicándoles que su contenido era para niños que estaban en una habitación contigua pero que podían coger cuantos quisieran, las personas de clases más acomodada comieron el doble de golosinas que el resto de los participantes en el experimento.

Según concluyen Paul Piff y sus colegas, pertenecer a una clase social alta está vinculado a un aumento de la avaricia y a una reducción de la honradez y ética. "La búsqueda del interés personal es una motivación más importante para la élite, y la codicia que aumenta con la riqueza y el estatus social puede llevar a algunos a portarse mal", afirman los autores del estudio.

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